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Cuando el rey vio a la reina Ester de pie en el atrio, ella obtuvo gracia ante sus ojos(A); y el rey extendió hacia Ester el cetro de oro que estaba en su mano(B). Ester entonces se acercó y tocó el extremo del cetro. Y el rey le dijo: «¿Qué te preocupa, reina Ester? ¿Y cuál es tu petición? Hasta la mitad del reino se te dará(C)». Ester respondió: «Si le parece bien al rey, venga hoy el rey con Amán al banquete que le he preparado».

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